Otro capítulo relacionado con las personas se refiere a la empresa como lugar de encuentro de personas. Al fin y al cabo, pasamos en SMC una buena parte de nuestro tiempo total durante el cual nos relacionamos con otros. Así, SMC ha sido marco en el que se han generado quedadas, fiestas colectivas; algunas de ellas formales, es decir, organizadas y patrocinadas por la propia empresa, por lo general con ocasión de aniversarios y convenciones; otras más informales, generadas por grupos de personas con diversas disculpas. En el inicio se celebraban con bastante frecuencia, con concentración de toda la plantilla en Vitoria, en sesiones formales de análisis de la evolución y previsiones sobre la vida empresarial que acababan en una comida o cena en un restaurante de primera línea. Esto permitía una comunicación directa entre todos y con todos. A medida que la empresa iba creciendo, la frecuencia bajo ya que era muy costoso y pesado concentrar a todos en un punto.
Son varios los matrimonios y parejas que se gestaron en SMC, la mayoría de ellos han fructificado, lo podemos comprobar por los hijos que han tenido. La primera pareja debió ser la de Rosana con el malogrado y llorado Enrique, que nos dejó antes de tiempo; a la que siguieron una serie de ellas que todos tenemos en nuestra mente.
Con el crecimiento las fórmulas de relación fueron cambiando, por el citado aumento de personas y dispersión geográfica. Se pusieron en marcha otros canales de comunicación como el Portal del empleado y otras en línea con la proliferación de las llamadas redes sociales.
La sensación de pertenencia a un mismo proyecto y equipo da pie a esas relaciones. Notable éxito la celebración, esta sí en presencia de todos, con ocasión del 25 aniversario de la fundación de SMC. Dió pie a compartir un día y dos noches en un ambiente increíblemente positivo. A todo el mundo le quedaron ganas de buscar alguna razón para repetirlo antes del 50 aniversario.