Germán, historia de SMC

Germán ha dejado hoy SMC, creo que después de 34 años. Ha sido el padre de la empresa. Entró en contacto con la neumática en una firma de la competencia, paso a ser emprendedor en algunas otras iniciativas industriales. Cuando conoció los productos SMC, todavía con incipiente presencia en Europa y con una gama mucho más reducida, se enamoró de ellos, vio su potencial, estando todavía muy lejos del nivel que los productos irían a alcanzar. Se propuso hacerlos suyos, comenzó a seguir la pista a SMC. Creo una empresa de automatización industrial, consiguiendo algunas distribuciones de empresas europeas, pero su objetivo era SMC. Ya es sabido que en una feria Europea, creo que, en Hanover, vio el stand de SMC y se presentó interesado en conseguir la distribución. A la persona que le atendió le hizo saber que conocía SMC y a su entonces distribuidor para España, lamentando que no tuviese más presencia, la que la marca se merecía. Se ofreció a distribuirla, no tenia mucho que ofrecer por aquel entonces, pero, como se dice, la fe mueve montañas. El interlocutor de SMC era Martin Licka, el creador de SMC en Europa, desde su base en Suiza. Al parecer le cayó bien Germán, pero lo despachó pidiéndole que presentase un estudio con lo que le había contado. Seguramente Martin pensó que era un contacto más y que el estudio/propuesta no le llegaría. Pero German se lo mandó, ante la falta de contestación inmediata insistió, con la secretaria de Martin, ella le aseguró que se lo dejaría en la mesa a su jefe para que lo leyese en fin de semana. El lunes German recibió su llamada, el análisis de la situación le había gustado y le citó para más detalles. En poco tiempo Legaire, la empresa que Germán gestionaba consiguió la distribución. A partir de ahí se fueron cumpliendo todas las expectativas, optimistas, que se habían hecho.

Legaire estaba en una situación financiera crítica, dependiendo de unos inversores de luces cortas. Todo ello creó las condiciones perfectas para que SMC desease arrancar en España, tomar el control de la empresa, renombrarla como SMC e iniciar unas inversiones que irían a hacer posible, en conjunción con el equipo humano inicial, lo que siempre se ha considerado “el milagro de SMC en España”, sin comparación con otras SMC´s u otras empresas similares.

Lo demás ya lo habéis conocido, algunos desde el principio, otros en los últimos años. Al dejarlo, German puede estar orgulloso y todos agradecidos a él por ese sueño que tuvo. Alguna vez se le ha preguntado si estaba sorprendido por su obra. Solía decir que no, que era lo que esperaba, que era lo normal, lo que tenia que pasar, sin más. Creo que muchos podemos compartir que no ha sido tan normal ni tan fácil, aunque es cierto que hemos disfrutado de los logros y sobre todo del camino hacia ellos, cerca de Germán. Gracias Germán.