A lo largo de mi vida profesional, tan ligada a costes y resultados, me he basado en un factor al que bauticé con el nombre de ALFA, la primera letra del alfabeto griego. Es el resultado de un cociente:
Uno de los temas que fue objeto de debate en los albores de
SMC, fue el conocidísimo sobre la diferencia entre lo urgente y lo importante,
con todas las trampas que la cuestión tiene, sobre todo a la hora de justificar
“escapes” que sabemos no son justificables. Manejábamos una transparencia,
todavía no eran diapositivas, como la adjunta, creo que no necesita
explicación.
En el transcurso de la vida profesional en SMC he tenido la
oportunidad de viajar al lejano oriente, con mucha frecuencia, y más lejos,
casi en las antípodas. Sobre todo, en los inicios el motivo del viaje era conocer
las diversas experiencias en el desarrollo de subsidiarias, para copiar los
modelos que podría conducirnos al éxito. En algunos casos aprendíamos cosas copiables
por haberse demostrado positivas; en otros casos lo contrario, experiencias,
políticas y formas de hacer a evitar.
Como ejemplo, uno de los viajes más largos, a Australia, la
primera subsidiaria de SMC fuera de Japón, gestionada impecablemente por su
fundador Peter Driver, que haciendo honor a su apellido la condujo al éxito. Fue
el primer consejero no japonés de la Corporación y el encargado de la zona
Asía-Pacífico. Todo un caballero y buena persona. Aprendimos mucho de la
visita, además de hacer una relación que perduró para bien. El sistema de
Control y Gestión de Producción que pusimos en marcha en Vitoria se inspiró,
fuertemente, en el australiano. Después sería transferido a Europa con Movex
con el mismo propósito. También transferido a otras SMC´s por los japoneses.
Si me permitís una broma os diré que estos viajes no estaban exentos de peligros, en ocasiones había que lidiar con animales exóticos y con mala prensa; también alimentarse de algunos de ellos. Para sobrevivir tuvimos que comer serpiente, canguro, cocodrilo y avestruz. Todo superado. Os dejo este video y entenderéis la broma.
La capacidad de liderazgo es una de las competencias más buscadas
entre las personas llamadas a un puesto de cierta responsabilidad. Consecuentemente
ha generado ríos de tinta, los libros sobre el tema se cuentan por miles, también
son innumerables los cursos, artículos, seminarios y talleres sobre el tema. Se
trata de contar con los atributos que el liderazgo requiere para ser un
triunfador.
Hay un mercado importante alrededor de este tema, también mucho
cuento. Gurús, autores, conferenciantes sobre el tema, que es muy demandado por
directivos y aspirantes a serlo.
Hay un autor, Pablo Maella, que tiene un libro que se titula: «Gestionar con sencillez». Se trata de servir, de ayudar a los demás a hacer su trabajo, a conseguir sus objetivos. Sencilla forma de definir el liderazgo.