La empresa utilizaba un PC, con un programa informático contable para la facturación, contabilidad, impuestos, etc.
Martin nos recomendó adquirir un ordenador de IBM, un AS400, como tenían todas las empresas en Europa. Para una empresa como Legaire un AS400 era un portaviones para un pescador de los de anzuelo. Contactamos con el agente de IBM local, vino a visitarnos, les dijimos que queríamos un AS400, incluso algunas de sus características. Remoloneaban. Sólo varios años más tarde reconocieron que no se creyeron que íbamos a comprar un AS400, con toda la programación para gestionar una empresa significativamente mayor. Pero lo tuvimos e iniciamos un cambio en los procesos internos que fue posible gracias a la excelente disposición de los pioneros.
Algo parecido pasó con la modernización de los equipos de diseño y preparación de documentación comercial, catálogos, leaflets, etc., en este caso basado en Mac/Apple.
En paralelo empezamos a buscar locales donde
alojar la empresa que estábamos llamados a ser. Aquí también la ayuda de Martin fue crucial. Apuntábamos demasiado bajo, a demasiado corto plazo. Vimos locales ya construidos en algún polígono de Vitoria, también algún edificio en Sabadell. Cuando empezamos a pensar a más largo plazo decidimos comprar terreno. Jundiz era el último polígono creado en Vitoria, el precio del suelo era asequible, aunque la condición era la construcción y la creación de puestos de trabajo. Los plazos eran cortos, incluso para nosotros, pero compramos dos parcelas, total 10.000 metros cuadrados, con la aprobación del Ayuntamiento de que los plazos para construir sobre la segunda parcela fuesen más dilatados de lo normal.
Entendimos que la construcción tenía que ser, sin las limitaciones de adaptarnos a un edifico existente, acorde con los excelentes productos de SMC y las expectativas sobre el proyecto, así que nos dirigimos al que pasaba por ser el mejor gabinete de arquitectura de la ciudad y empezamos a profundizar en el críptico lenguaje de los arquitectos. Salió bastante bien, eso sí tuvimos que vencer su escepticismo sobre nuestras pretensiones que parecían fuera de lugar, sobre todo cuando nos visitaban en nuestro chiringo. Eso que al chiringo inicial le habíamos habilitado un área, con paneles prefabricados, de oficinas que aumentaban, un poco,su prestancia, además de alojar a las nuevas incorporaciones.